CONCEPTUALIZACION DE
LA OBRA NARRATIVA AUDIOVISUAL
Desarrollado por
Alejandro Valle
INTRODUCCION
Los organizadores de este curso
me han encomendado el primer módulo cuyo tema es ni mas ni menos que la
“conceptualización” de la obra narrativa audiovisual, o Fotonarrativa para ser mas precisos y excluir desde el principio
las artes escénicas, el teatro, la danza, etc. Sin embargo el universo restante
de los medios audiovisuales sigue siendo basto e inconmensurable, comienza por
el relato, la fotografía y el sonido, pero se ramifica hasta la pantalla grande de un auditorio oscuro, el muro de una
galería o los crecientes y poco explorados laberintos de los nuevos medios
digitales. Algunos opinarán que el Internet o los medios interactivos no son
tan nuevos, que son fríos, impersonales, o que las nuevas tecnologías vienen a
transformar la mente del hombre como un lenguaje extraterrestre que nada tiene
que ver con lo que el hombre a hecho o pensado con anterioridad, pero en el
mundo contemporáneo lo que abunda son opiniones sin sustento, por lo que en
este modulo nos centraremos en las bases, en construir una plataforma para que
nuestras ideas se sirvan de cualquier medio al que tengamos acceso para
expresarnos, contar nuestras historias, para narrar y de ese modo explorar
nuestras preocupaciones, nuestras intuiciones o nuestros sueños.
¿Cómo conceptualizar una obra
narrativa? Por supuesto la respuesta está en tus genes, en tu ADN, es la forma
natural del pensamiento. La narración es la forma secuencial en que entendemos,
en que aprendemos, y según teorías recientes el mismo yo psíquico, nuestra identidad, nuestra personalidad, no es sino
una ficción construida de identificaciones y de apropiaciones como el mecanismo
mas evolucionado de la naturaleza para conocerse a si misma.
Pero no nos aventuremos tanto, de
nada nos serviría ahora, podemos estar o no de acuerdo. En lugar de eso
pensemos en la gran cantidad de historias que hemos conocido, todos las
películas que hemos visto, los libros que hemos leído, todos los cuentos que conocemos, las obras de teatro, las leyendas, las anécdotas, los documentales, los
personajes ficticios y reales, etc. El conocimiento narrativo de cualquier
persona en esta época es enorme y se encuentra ahí, a la mano. Todos sabemos
mucho sobre contar historias, lo hemos aprendido y lo hemos heredado.
Lo que corresponde entonces a
conceptualización de una obra audiovisual lo entenderemos como:
– La
forma o contenido de lo que deseamos
expresar o explorar, consciente o
inconscientemente.
– Entender
el potencial expresivo y las limitaciones o características de los medios que
deseamos utilizar para ello.
– Conocer
los códigos y convenciones narrativas que a lo largo del tiempo cada medio ha
encontrado o desarrollado para expresarse.
– Acordar
nuestra metodología y terminología de trabajo durante este curso.
– Analizar
los conceptos que componen la narrativa audiovisual, para poder adivinar toda
su profundidad.
Esta es nuestra agenda por las
siguientes semanas, aunque no necesariamente abordaremos los temas en ese
orden. La creatividad y el aprendizaje son procesos paralelos que deben
retroalimentarse para avanzar, no pueden existir uno sin el otro, por lo que
abordaremos los temas, los pondremos en práctica y volveremos a ellos cuando
sea necesario.
En realidad los conceptos que
componen el arte narrativo son pocos, sin embargo sus componentes mas centrales
como el drama y el conflicto tienen una naturaleza subjetiva que han derivado
en múltiples formas y lenguajes tan complejos como la literatura, el teatro y
el cine que jamás han dejado de evolucionar, por eso vale la pena detenerse en
ellos y revisarlos con detenimiento, porque en estos conceptos básicos está la
clave de todo lenguaje narrativo existente y por existir.
Se supone que como propedéutico
de éste diplomado, debemos de haber realizado todos, incluso nosotros los
instructores, el ejercicio “Digital Storytelling” impartido en la Fundación
Pedro Meyer, que consiste en contar en
poco tiempo un evento de nuestra vida que sea especialmente significativo
para nosotros. Independientemente de lo
interesante de los videos resultados, el ejercicio nos ha mostrado ya , de
manera muy orgánica los puntos claves de la narración: localizar los principios
de drama y de empatía, con nuestra propia emotividad, en nuestras propias
vivencias, y ha demostrado que nuestro cuerpo ya tiene ese conocimiento, pero
también señala nuestra resistencia a la vulnerabilidad y que esa resistencia
natural es el mejor indicador para localizar el conflicto, que es el elemento central de la narrativa, su materia
prima, anterior a la palabra y la imagen, que solo son medios.
Ahora comenzaremos por un lugar
distinto, mas general y abierto, que nos
permita dirigirnos a un universo imaginativo mas amplio, menos homogéneo, y
para eso haremos una practica que utilizo cuando imparto talleres de narrativa
audiovisual, y que resulta muy útil antes de desarrollar todo el trabajo
pragmático y el aprendizaje que implica la elaboración de un nuevo guión.
El ejercicio no se centra exclusivamente
en vivencias personales sino en imágenes
que mas adelante vamos a profundizar y desarrollar. Es un ejercicio previo, que no requiere ninguna
preparación, porque mas adelante vamos a utilizarlo como un salvavidas para
mantener a flote nuestros impulsos mas elementales e inconscientes frente al
mar de instrucciones, conceptos y trabajo pragmático que requiere el
aprendizaje y la elaboración de un proyecto.
EJERCICIO 1: IMAGEN.- Describe
una imagen que deseas incluir en el
proyecto que desarrollaras durante este diplomado.
– No
importa la naturaleza de esta imagen, puede ser de naturaleza estética,
conceptual, o emotiva. Puede ser descabellada, congruente, personal, temática,
sexual, espiritual, emotiva, fantástica, descriptiva, meditada o caprichosa. De
cualquier naturaleza que se te ocurra, simplemente intenta ser honesto y
específico, que te intrigue, te mueva o te apasione porque es para ti, proviene
de tu primer impulso y eso la liga directamente a tu inconsciente y a tu estilo
personal.
– No
tienes que desarrollarla aún. Ni
darle un sentido prematuro. Basta con soñar o visualizar aleatoriamente la imágenes que te gustaría ver en un proyecto tuyo.
Simplemente escríbela. Mas adelante te servirá como punto de partida, pero
también como brújula y punto de reencuentro en el desarrollo de tu proyecto.
– Escribirás
esta imagen y la enviarás a un correo donde únicamente el tutor que tengas designado y tú puedan
verlo y tener acceso a él, pues trabajarás en esta imagen la segunda semana
dedicada al “Desarrollo de la idea”.
TEMA 0.- “PANORAMA DE LA
NARRATIVA AUDIOVISUAL EN MEXICO”
Mi principal interés es entender
la narrativa como un proceso orgánico del pensamiento, para que a partir de
eso, entendamos como y porque los diferentes medios audiovisuales han
desarrollado sus diferentes lenguajes narrativos, a partir de necesidades
orgánicas, mucho mas profundas que la búsqueda de una formula, un éxito
taquillero o un lugar en la vanguardia del arte.
Permítanme ilustrarles el
panorama de la narrativa audiovisual con una narración, (tan personal y subjetiva como se supone que debe ser
una narración):
Durante muchos años he
“pertenecido” a dos mundos audiovisuales, el cine que se pretende riguroso y
formal, conservador, y las artes electrónicas que se pretenden exploraciones
libres y de vanguardia. Tengo un pie en uno y otro en el otro. No me acomodo en
ninguno. Ambos han formado gremios para “formalizarse” y de paso para asegurar
sus partidas presupuestales, sus territorios, sus foros y sus galerías. Lo mas lejos posible el uno del otro. El cine
sigue trabajando con aparatos gigantescos, costosísimos, a pesar de que las
nuevas tecnologías podrían agilizarlo muchísimo, abaratarlo, enriquecerlo y
revolucionarlo, mientras que las artes electrónicas se han conceptualizado
tanto, se han vuelto tan sectarias, tan exquisitas que la mayoría de las veces
es difícil entenderlas, aun para el público mas “actualizado” tecnológicamente.
Las dos frases mas nocivas que
escuchado a nivel artístico y humano las he escuchado de dos grandes
representantes de su gremio, ambos con honrosos puestos profesionales, uno en
el cine, el otro en las artes electrónicas:
El primero nos encargó en su
primer clase de guión que hiciéramos una lista de nuestras diez películas
favoritas. Yo hice la mía: todas mis películas eran fantásticas, oníricas,
estoy obsesionado con las películas que se parecen a los sueños. La siguiente
clase me regresó la lista con un comentario en rojo que decía: “debes de ver
mas cine”. Cabe señalar que a ese señor yo no lo había visto jamás en mi vida,
no lo conocía y él no me conocía a mi,
pero se creía capaz de adivinar cuantas películas he visto a partir de mis
gustos (…).
Piensa en las implicaciones de
esto ¿qué error le encuentras a este razonamiento? A mi modo de ver es creer
que el arte es un discurso único y lineal.
El segundo caso es un reconocido curador
multimedia y después de compartir la mesa de un jurado de selección me confesó
que el mainstream de las artes
electrónicas ya no considera la ficción como arte… No sé si opinar o no sobre
este comentario. Solo me viene a la mente esta tradición narrativa que existe
desde que el hombre es hombre y que es probablemente lo que lo vuelve hombre,
según artistas, pensadores y científicos, amén de que la ficción es mi pasión
en la vida y una de las actividades a la que mas tiempo dedicamos los humanos
en el día, muy por encima del sexo, que es (también) una cuestión de
sobrevivencia.
Mis dos ejemplos son reconocidos
profesionales de sus medios, muy bien acomodados, el primero dirige una
prestigiosa asociación de cineastas y el segundo es un famoso curador
multimedia, los dos son mentes brillantes y hermosas, pero atrincherados tan
lejos uno del otro como pueden hacerlo.
El costo de este divorcio
audiovisual es altísimo y merma a su comunidad en términos de expresividad y de
sentido humano.
Imaginen, como ejercicio de
calentamiento, toda la gama de posibilidades narrativas que se quedan afuera entre
el cine y la instalación de museo. Imaginen una pagina de Internet donde puedas
ver, escuchar y sentir las profundidades de un espíritu humano, imagina viajar
por un mapa de google sembrado de historias de vida en voz o en video, imagina
una obra de ficción colectiva de derechos abiertos o pasar las paginas en tu
Ipad de la mejor novela audiovisual de todos los tiempos.
No es verdad, la narrativa no
está muerta, ni siquiera está vieja, es tan joven como la mente, como el
espíritu humano. Se ha valido de todo a
su paso para poder expresarse. Desde el primer homo sapiens que imitó con su
cuerpo a un mamut frente a sus compañeros, hasta la letra, la pantalla grande y
los circuitos detrás de la pantalla que está frente a ti ahora, esa voz ha
sabido emerger, expresarse, aprender, conmovernos, identificarnos, crecer y…
bueno: enseñarnos a ser humanos.
No importa si en esta esquina el
cine se ha definido como un arte dramático y en la otra esquina las artes
electrónicas se constriñen a la plástica, ambas contienden en la misma arena:
la narrativa, y han sabido desarrollar de forma inspirada
o pragmática sus propios códigos – rudos
o técnicos – para explorar niveles insospechados de la experiencia humana.
Tratemos de imaginar como era la
situación de la narrativa unos cien años atrás, cuando los hermanos Lumiere
proyectaban con el cinematógrafo las primeras películas en movimiento. La gente
se maravillaba, pero todos – incluyendo ellos– pensaban que se trataba de una
curiosidad tecnológica, una moda pasajera.
Fueron genios creativos como George Melies, Edwin S. Porter o David Griffith quienes
comenzaron a explorar y utilizar las
posibilidades expresivas y narrativas del maravilloso invento, y mas adelante,
cuando las salas de cine se abarrotaban por la presencia de estrellas
consolidadas como Chaplin, los profesionales del teatro, actores, directores y
dramaturgos consideraban que el cine era un espectáculo popular y frívolo que
jamás alcanzaría los niveles dramáticos de su arte. De nuevo se equivocaban, la
narrativa volvió a abrirse paso y el cine no solo se sobrepuso a sus
limitaciones sino que encontró nuevos códigos expresivos en niveles casi
inexplorados de conflicto humano. No faltaron entonces los pesimistas que
profetizaron la muerte del teatro, pero el teatro no ha muerto, se ha
transformado, se ha revolucionado de forma maravillosa en el último siglo,
igual que el cine, las artes plásticas, la literatura y las artes tecnológicas.
Con el apoyo o al margen de los movimientos sociales, las vanguardias,
perseguida o fomentada por el capital o el estado, es la narrativa quien ha
florecido en tiempos de paz y de guerra, en tierra árida o fértil, como una
hierba obstinada.
En este crecimiento vertiginoso
sólo quedan rezagados quienes se aferran a las fórmulas y los dogmas, igual que para quienes el
rompimiento y la vanguardia son su única meta,
en lugar de que la originalidad sea la consecuencia natural de una
expresión honesta y profunda, capaz de sobreponerse y emerger a cualquier
circunstancia social y limitación técnica. Nadie que se exprese
honestamente está en realidad solo, lo
acompaña una intención milenaria y un impulso de sobrevivencia vital, que
experimentamos como inspiración, como sentido, como placer o entusiasmo, pero
que solo podemos aprovechar si nos sorprende trabajando, buscando la palabra y
la imagen precisa para lo que queremos expresar.
Ahora nos encontramos frente a un
panorama muy similar al de hace cien años. Cuando George Melies presenció en
una carpa, las primeras fotografías en movimiento proyectadas por el
sorprendente invento de los hermanos Lumiere y supo que podía utilizarlo para
hacer “magia”. Cuano Edwin S. Porter supo que podía utilizarlo para narrar
aventuras y Griffith supo que podía narrar dramas sociales a través de él.
Todos estaban comenzando a articular
el lenguaje de un invento tecnológico y podemos afirmar que estas primeras
obras son las primeras frases articuladas de tres distintas vertientes que el cine
continúa desarrollando hasta la fecha.
En ese momento de la historia del
cine, cada nueva aportación significo un paso gigantesco para el desarrollo del
lenguaje. Esto podría ser similar en los
nuevos medios tecnológicos que aún no han alcanzado a articular un lenguaje
propio. Esa puede ser la trascendencia del momento actual.
Es probable que la tecnología
actual sea mucho mas compleja que ese primer cinematógrafo mecánico, pero las
posibilidades son mucho mayores y lo cierto es que lo que importa, lo que
terminó por definir el cine no es su mecánica, sino las frases que ha
articulado. Cuando social o culturalmente hablamos de cine no hablamos de la tecnología que se utiliza para hacerlo,
sino de su narrativa, de sus contenidos.
En un futuro cercano, todas las
nuevas tecnologías habrán desarrollado múltiples lenguajes, donde lo que
importará será su articulación y sus contenidos. Y en este panorama es donde
deben encajar sus visiones, las imágenes que enlistaron en el primer ejercicio,
como Melies encajó su acto de magia
en el cinematógrafo sin saber que estaba dando los primeros pasos de uno de los
lenguajes mas hermosos en la historia del hombre.
TEMA 1.- “NARRATIVA”
Comencemos por preguntarnos ¿qué
es narrativa?
No tratemos de encontrar una definición
precisa sino un concepto que nos sea útil para entender lo que define una
narración.
Según la Wikipedia: “Se
denomina narración al resultado de la acción de narrar, esto es, de referir
lingüística o visualmente una sucesión de hechos que se producen a lo largo de
un tiempo determinado y que, normalmente, da como resultado la variación o
transformación, en el sentido que sea, de la situación inicial.”
Tenemos aquí un par de
conceptos muy claros que podemos adoptar con confianza, narrar es “ …referir lingüística o visualmente una sucesión
de hechos que se producen a lo largo de un tiempo determinado” .
Solo colocaría aquí una duda
¿será posible narrar a partir de puros sonidos no verbales? ¿y con pura música?
¿y con otros sentidos, tacto, olfato?
Sin embargo hay en esta
definición algunos conceptos que aún pueden ser ambiguos: “…y que, normalmente,
da como resultado la variación o transformación, en el sentido que sea, de la situación inicial.”
“Normalmente” no puede resultarnos
suficiente para entender qué estamos haciendo cuando narramos. “Normal” es un termino ambiguo que al
final resulta totalmente inútil.
Lo cierto es que al desplegar
en el tiempo una sucesión de hechos la situación inicial se transforma, cambia “en el sentido que sea”. Pero hay
ocasiones en que después de mil peripecias el personaje vuelve a estar en la
misma situación en la que empezó ¿hay un cambio en la situación inicial?
¡Por supuesto! Todo desarrollo
en el tiempo implica un cambio. Incluso si ese cambio no es sensible para el
personaje, lo es para el público que recibe el relato, en el sentido que entiende con una nueva luz lo que está sucediendo. Por lo tanto hubo un
cambio en la situación inicial.
Podemos entonces eliminar de
esta definición la palabra ambigua “normalmente” y sumarle otro concepto que
nos resultará útil: Narrar no es
simplemente comunicar una idea, sino desarrollarla,
desplegarla en el tiempo para conocer
sus implicaciones.
Y volvamos a la Wikipedia: “La implicación
es contrapuesta al término explicación (del latín ex ─ plicare), que es el hecho de desplegar lo que está plegado;
sacar al exterior, hacer visible, o comprensible, aquello que está
“implicado” en el interior de algo que lo hacía oculto o no comprensible.”
No entendemos el relato como
una noticia para informarnos sino como una serie de eventos dirigida a revelar sus implicaciones.
Tampoco podemos decir que al exponer una imagen o una obra personal
que exprese o refleje nuestros
conceptos o emociones estamos narrando, es necesario desarrollarla abiertamente
para mostrar sus implicaciones.
Desde esta óptica podemos
comenzar a descartar lo que no es narrativa:
– Dar
simplemente una noticia, sin desarrollarla no es narración. Porque es
simplemente un planteamiento.
– Una
definición no es narración. Porque es simplemente una conclusión.
– Una
crónica de hechos que van apareciendo aleatoriamente no es desarrollo.
– Comunicar,
mostrar o exhibir algo sin desplegar verbal o sensitivamente su desarrollo, no es narrativa.
Podemos entender ahora que el
corazón de la narrativa es el desarrollo, el despliegue en el tiempo. Y para
que suceda este desarrollo tiene que partir de una situación inicial o
planteamiento y desembocar en una situación final o desenlace.
Toda narración consta al menos de tres partes: Un
Planteamiento, un desarrollo y un final.
Y digo al menos, porque una
obra narrativa puede tener tantos planteamientos como se quiera, lo cual
implica un desarrollo complejo y varias conclusiones, sin embargo podemos
confiar en que toda narrativa se atiene a estos tres movimientos que
Aristóteles enumeró hace unos dos mil trecientos años, aunque conste de muchos
hilos narrativos.
Pero esto no es todo, nuestra
definición aún no excluye otro tipo de “desarrollos” como la ciencia, la
aritmética y la didáctica, que sabemos que no son narrativos, aunque sus
premisas suelan tener un planteamiento, un desarrollo y un final.
Lo que distingue la narrativa
de otras disciplinas humanas es el carácter
subjetivo de sus implicaciones.
Nuevamente la Wikipedia: “En la teoría del conocimiento, la subjetividad es la
propiedad de las percepciones, argumentos y lenguaje basados en el punto de
vista del sujeto, y por tanto influidos por los intereses y
deseos particulares del sujeto. La propiedad opuesta es la objetividad, que los basa en un punto de vista
intersubjetivo, no prejuiciado, verificable por diferentes sujetos.”
Me parece que con este concepto
terminamos de complementar una definición útil de narrativa, que podemos
utilizar libremente para el entendimiento y creación de nuevas formas
narrativas:
“Se denomina narración al
resultado de la acción de narrar,
esto es, de referir lingüística o visualmente sensorialmente una sucesión de hechos que se producen a lo largo de
un tiempo determinado y que, normalmente, da como resultado la variación
o transformación, en el sentido que sea, de la situación inicial, para revelar sus implicaciones subjetivas.”
Y es precisamente de esta
naturaleza subjetiva donde se desprenden todos los fenómenos que a mi modo de ver hacen de la
narrativa la disciplina mas fascinante
del mundo.
Ejercicio: Leer “El Dinosauro”
de Monterroso y responder:
1.-¿Este cuento es narrativa?
2.-¿Se desarrolla en el tiempo?
3.-¿Hay un cambio de la
situación inicial?
4.-¿Cuáles son las
implicaciones subjetivas de esta historia?
TEMA 2: “VEROSIMILITUD”
Toda la narrativa debe ser
entendida como una ficción, como una interpretación. Es erróneo ver un
documental y pensar que estamos viendo “la verdad”, igualmente equivocado es
verlo como una mentira. Lo que debemos ver es lo que la narrativa señala, las
implicaciones de esa interpretación.
Recordemos el éxito reciente de ese documental llamado “Presunto
Culpable”. Gran parte del público, no acostumbrada a ver documentales como
éxitos taquilleros tomó el documento de forma literal, como un caso aislado y
específico, en lugar de verlo como una denuncia al sistema de justicia y fue
precisamente esa mirada errada, esa literalidad el pretexto del tribunal de
justicia para censurar la obra. Es lo que popularmente se expresa como señalar
algo y quedarse viendo el dedo.
Pero la verdad narrativa no es
una ocurrencia, es una hipótesis, no responde a la “veracidad” de los hechos,
sino otro nivel de verdad que es mas profundo y que tiene que ver con otro
concepto propio de la narrativa llamado “verosimilitud”, que al contrario de lo
que se piensa coloquialmente no tiene que ver con “realismo” sino con la congruencia dentro del contexto creado.
La verosimilitud es el nivel de credibilidad de una visión del mundo, por
fantástica que sea.
Es verosímil que en la Ciudad
Gótica de Batman los criminales sean una mujer gato, un hombre pingüino y un
payaso loco, pero si en ese contexto aparece Glinda la bruja buena del sur y lo
resuelve todo con un hechizo mágico entonces estamos rompiendo las reglas con
las que hemos creado nuestro mundo imaginario y dejamos de ser verosímiles.
Y esto no significa que el
mundo mágico de Oz o la Ciudad Gótica sean mentira, simplemente son ficticios,
como lo es todo contexto recreado, por realista que sea. El cine mas realista simplemente elige los
aspectos mas desencantados del mundo para luego decir: la vida es así. Pero es una
elección parcial, es ficticio.
Los mundos de la narrativa son
recreaciones mas o menos realistas, mas o menos poéticas, mas o menos
inocentes, que sólo tienen que responder a sus propios planteamientos, a sus
propias hipótesis. Y esto es
perfectamente natural a la forma del pensamiento humano. Lo necesitamos para
entender la realidad en todos sus niveles conceptuales, estéticos y
emocionales. Necesitamos crear cadenas de entendimiento en múltiples niveles.
Cuando nuestra abuela nos
contaba la fabula del grillo y la chicharra, jamás pensamos que nos daba una
lección de vida silvestre, desde el inicio nuestra mente de niño sabía que el
relato terminaría por revelarnos una
moraleja, una implicación moral.
Por supuesto no todas las
implicaciones de una narración son de tipo moral, ni tienen que ser traducibles en un mensaje cerrado y
congruente. Las implicaciones pueden
revelarse como emociones, sorpresas o simples vivencias, pero siempre pertenece
al orden de la verdad subyacente, subjetiva
y exclusivamente humana.
Narrar es de hecho el
arte de explorar las implicaciones emocionales, conceptuales y estéticas de una situación hipotética.
De modo que cuando hablo de
narrativa, hablo de ficción, como un
sinónimo, no como un subgénero, a pesar de que se disfrace de documental, de
noticia, de historia de vida, de instalación, de “performance” o de
virtualidad, cuando una acción comunicante lleva un sentido, una intención, una hipótesis, estamos hablando de
recreación, de interpretación, del ejercicio de ficcionar, esté basado o no en “hechos reales”.
Basta con leer un contrato, una
ley, o algún documento “legal” para
darse cuenta de lo difícil y engorroso que resulta forzar el lenguaje a
permanecer en el terreno “objetivo”, escapar de su naturaleza subjetiva y poética, sin lograrlo, cabe
señalar, mas allá de toda la confusión
que suele resultar de tanta “objetividad”.
La percepción profunda o espiritual de la vida
permea el lenguaje de manera natural desde su estructura hasta sus formas
estéticas ¿y que es la narrativa sino el desarrollo del lenguaje, o mejor
dicho, de múltiples lenguajes en pos de una verdad mas profunda, de un
entendimiento mas profundo del universo?
Ahora ¿con esto quiero decir que
todos los documentales, que todas las novelas, que todos los dramas sociales
son sólo un cuento chino*?
¡Por supuesto que no!!!!
Nuestro primer ejemplo “Presunto
Culpable” convenció a muchos por el nivel de verdad de su discurso. Un discurso
con implicaciones en todo el sistema
de justicia mexicano. Para ponerlo a prueba tendríamos que ver ahora un
documental desde el punto de vista
del sistema judicial mexicano. A ver si toda la eficiencia y justicia que
quieren atribuirse nos resulta mínimamente verosímil.
Todos lo dudamos, por supuesto.
Porque aunque la verosimilitud no responde al nivel de objetividad o realismo,
si responde a nuestra verdad interna.
A nuestro entendimiento profundo de la justicia y del mundo, que se manifiesta
con emociones verdaderas.
Podemos afirmar que el objetivo
de la narrativa es la búsqueda de la verdad subjetiva. Un narrador, un
dramaturgo por ejemplo, no es una simple manipulador de emociones como a veces
se piensa, porque la verdad tiene muchos niveles profundos que son inaccesibles
a la falsedad o la mentira.
Lo que hará el narrador será
plantear una hipótesis, una proposición de la verdad y después debatirla en el
terreno de la subjetividad.
La hipótesis puede ser cómica,
trágica, optimista o fantástica, como un justiciero sobrevolando los edificios
de ciudad gótica, si la propuesta es congruente y conlleva uno o varios niveles
de verdad subjetiva, entonces resultará verosímil.
(*Y para terminar de una vez con todos
los prejuicios alegaría que los cuentos chinos se distinguen por su trazo
preciso, su enfoque directo y simple de la verdad, y de la sabiduría espiritual
¿no me creen? Lean cualquier fábula de Confucio.)
Ejercicio 2: Existen múltiples
películas e historietas donde se junta a Batman y Superman y se intenta
converger los mundos fantásticos de los dos superhéroes. Esto implica muchos
problemas de verosimilitud con sus
planteamientos originales. Enumera tres.
TEMA 3: “EMPATIA”
Comencemos por dejar bien claro
que empatía no es un sinónimo de simpatía.
Tampoco son opuestos (como lo es la simpatía de la antipatía),
simplemente son procesos distintos, ambos relacionados con la capacidad de sentir lo que siente el otro.
Sin embargo la simpatía se
relaciona directamente con el YO, o sea con los rasgos, ideas y emociones que
consideramos afines a nuestros principios, nuestra visión de la vida, nuestro
humor o alguna otra característica que consideramos análoga a la idea que tenemos
de nosotros mismos. Podríamos decir que la simpatía es un proceso mas selectivo
que la empatía.
Incluso podemos relacionar la
simpatía con el SUPER YO, en el sentido de que podemos sentir simpatía por un
ideal político, o por las metas ecológicas de Green Peace, sin que
necesariamente involucre sentimientos ajenos.
La empatía es un proceso mas
primario, anterior a la simpatía, probablemente mas inconsciente. Podemos
definir la empatía como la capacidad de ponerse en los zapatos del otro. De vivenciar
la experiencia de otra persona.
La narrativa ocurre en este nivel, a través de la empatía, sin que
necesariamente involucre la simpatía. Podemos sentir mucha empatía por una
persona que no nos resulta simpática. Recordemos a “Macbeth” o “Ricardo III” de
Shakespeare, obras con protagonistas monstruosos por los que se puede
experimentar una profunda empatía. Es decir, una experiencia muy vivencial, de
emociones verdaderas dentro de nosotros mismos.
Si no has visto o leído ninguna
de estas obras de Shakespeare te recomendaría que lo experimentaras, pero
podemos encontrar muchos ejemplos, películas desde el punto de vista de
asesinos, que en la vida real nos despertarían antipatía y repulsión, pueden
conducirnos a través de la narrativa y la ficción a situaciones de profunda
empatía. Se me ocurre “El Túnel” de Ernesto Sabato, “El perfume” de Patrick Süskind o “El extranjero” de Albert Camus.
Y es que como hemos dicho, la
narrativa responde a diferentes niveles de verdad que la vida real o la ciencia.
Y la condición para crear empatía es que la vivencia sea recreada con emociones auténticas y verdaderas. Necesitamos esa
honestidad para hacer nuestra historia verosímil.
Ahora ¿cómo se expresan esas
emociones? ¿basta con decir “me sentía devastado” para que nuestro público se
sienta devastado? No. Para empezar
debemos crear una presencia con la
que el público o receptor pueda sentirse identificado. Esa presencia no somos nosotros, aún si
nuestro objetivo es hablar de nuestra historia personal, si lo hacemos a través
de la narración tendremos que crear un personaje o una voz narrativa que nos
represente como un avatar en ese mundo ficticio. Con toda confianza podemos liberarnos ahora
de los estigmas del ego y nuestra necesidad de ser simpáticos para los demás.
No perseguimos esa simpatía, lo que buscamos es la creación de un vínculo que
transmita emociones y conocimientos profundos, tal vez inconscientes, hacia un
público o receptor de modo que sea capaz de experimentar esa manera de percibir
el mundo desde su propio interior.
EJERCICIO 1: Ver la primera secuencia del “El padrino” (1)
. Y responder ¿dónde está colocando la empatía el director Francis Ford Coppola?
TEMA 4: “PERSONAJE”
Retengamos este principio: La narrativa se expresa a través de personajes.
Del mismo modo que para
entender el funcionamiento interno de la narrativa hemos distinguido la
verosimilitud de la veracidad, y la empatía de la simpatía, también debemos
distinguir personaje de persona. Aunque
suene muy obvio, uno de los principales problemas que he encontrado en los
talleres de guión en los que he participado, es esa incapacidad que tenemos de
separarnos de nuestros personajes. Cuando esto ocurre somos incapaces de
percibir a nuestros personajes con claridad, damos por hecho características en
ellos que no están expresadas, se vuelven difusos, indefinidos, neutrales.
Debemos entender que aún el
narrador de un documental es un personaje, aunque su posición sea aparentemente
neutral. Artistas como Werner Herzog, Wim Wenders, Agnes Varda o el súper taquillero Michael
Moore han creado de ellos mismos personajes maravillosos, casi clarividentes
para sus documentales. Y también han
creado personajes entrañables de los seres humanos que retratan, aunque con
toda seguridad se trate de personas complejas, inabarcables y confusas como el
resto de nosotros, ellos enfocan con su narrativa ciertos aspectos que les
otorgan un sentido claro dentro de un
contexto determinado. Los convierten en personajes.
Esto es lo que distingue a un
documental de un simple reportaje. El documental responde a los principios de
la narrativa, verosimilitud, subjetividad, empatía, conflicto y personaje. De
este modo el documental re-crea una vivencia que el espectador experimenta en
si mismo y en tiempo presente. El reportaje no. Es simplemente un comunicado externo,
un reporte, que se presume veraz, objetivo y neutral.
El objetivo del personaje es
crear un vínculo empático con el espectador. Y para que el personaje resulte
empático necesita en primer lugar estar
dotado de características humanas con las que podamos identificarnos.
No importa si el personaje es un
psicópata, un conejito, el viento, un extraterrestre o Bob Esponja, las
emociones que mueven a los personajes siempre deben ser humanas y honestas.
Honestidad no significa que para
recrear la visión de Hitler tengamos que sentir simpatía por él, o saber lo que se siente haber exterminado a
miles de personas en campos de concentración, pero no existirá ninguna
verosimilitud en nuestro personaje si recreamos un monstruo de cartón que mata
sin sentir ninguna emoción, como una máquina. El escritor que quiera
representar a Hitler tendrá que recrearlo a través de sus propias vivencias y
emociones. Dotarlo de características humanas. Estas características se llaman
RASGOS DE CARÁCTER.
La complejidad y profundidad de
los rasgos de carácter definirá a los personajes y dará tono a la obra. Homero
Simpson tiene rasgos de carácter muy definidos, pero los rasgos de carácter de
Michael Corleone son mucho mas complejos y tocan mas niveles de conflicto
humano.
En el drama moderno cuando un
personaje tiene rasgos de carácter contradictorios, por ejemplo es despiadado y
cruel, pero es un padre cariñoso y dulce como Tony Soprano en “The Sopranos”,
entonces se dice que tiene una dimensión,
que es un rasgo de carácter contradictorio. Un personaje puede tener múltiples
dimensiones, del mismo modo que puede tener muchos rasgos de carácter. La
televisión moderna está repleta de personajes con dimensiones. Mas adelante,
cuando revisemos los medios explicaremos porqué.
De acuerdo a los rasgos de
carácter los personajes se dividen en personajes planos y redondos. Los
personajes planos son los que están construidos con pocos rasgos, son
personajes que juegan un rol secundario
en la trama, de los cuales no necesitamos saber mas que algunos datos como: es
un playboy, es feminista empedernida, es un hippie, etc. Generalmente son
rasgos mas o menos externos. Los personajes circulares están dotados de mas
dimensiones o rasgos de carácter. Son personajes mas complejos, mas parecidos a
nosotros y por lo tanto mas empáticos. Estos son los personajes protagónicos, los que defienden la
premisa de la obra, la hipótesis subjetiva, y los que experimentarán mas
cambios durante el relato.
Tenemos tendencia a sentir mas
empatía por las debilidades de un personaje que por sus fortalezas.
Generalmente nos enganchamos con ellos por sus deseos, manifiestos o no, pues desear es un estado de necesidad, de
carencia.
No todos los personajes conocen
sus deseos y tienen una meta clara como James Bond o Indiana Jones, algunos
tendrán una carencia de la que no son conscientes, pero de la que el público
será consciente. El Dr House, por ejemplo, a pesar de ser un tipo áspero y
cínico despierta mucha empatía cuando lo vemos tocando solo el saxofón en su
departamento porque comprendemos su dificultad para relacionarse afectivamente
con los otros.
Los personajes que conocen sus
deseos se llaman personajes completos y los que no los conocen, que mas que
deseo tienen una carencia o una necesidad, se llaman personajes incompletos.
Sin embargo hay personajes que
pueden tener un deseo consciente y una necesidad inconsciente. Recordemos la
película “Billy Elliot” este chico con un deseo tempestuoso de bailar profesionalmente
pero inconsciente de todas sus carencias socio económicas para lograrlo.
Es una estructura clásica del
cine que el personaje comience persiguiendo un deseo consciente y termine
encontrando su verdadera necesidad en la vida, que es otra.
También es común que como
autores nos sintamos atraídos por un tema y nuestro personaje nos conduzca a
una nueva meta.
Todo esto nos habla de
personajes bien construidos, a los que comenzamos a dotar de emociones y
preocupaciones profundas y verdaderas.
Podemos decir que como público
somos capaces de seguir las emociones de cualquier narrador o personaje perdonándole
casi cualquier vicio o pecado, casi, excepto la hipocresía. Si el personaje nos
miente, o el narrador se miente a si mismo, no experimentaremos la empatía, lo
abandonaremos y dejaremos de experimentar esa narración como una vivencia.
Por supuesto, es muy probable que
si un personaje nos despierta empatía, termine por parecernos simpático, pero no basta con que el
personaje central sea el Ché Guevara. Si las emociones con las que se ha recreado no son honestas y congruentes,
el púbico no lo sentirá verosímil y no experimentará
esa vivencia a través de la empatía.
Y aquí he agregado un nuevo
adjetivo: congruente. La congruencia funciona de la misma forma que la
verosimilitud: las emociones y reacciones de un personaje o un narrador
deben ser congruentes únicamente para él, no para el resto del mundo. Hamlet, Hannibal Lecter y Woody de Toy Story no
reaccionan de la misma manera ante el mismo hecho, sin embargo al verlos
reaccionar casi nos sentimos dentro su cabeza, deseamos saber que están
pensando, como si fueran personas reales, que pensaran. No sentimos únicamente lástima, ira o
simpatía por ellos sino que comenzamos a sentir lo que ellos sienten. Y la
razón de esto es que fueron creados con verdaderas emociones. Hay un flujo de
pensamientos congruentes detrás de sus miradas cínicas o inocentes.
Cuando tenemos un personaje bien
construido tenemos la mitad del conflicto dramático. En el cine y la televisión
modernas suele no importar tanto lo que sucede sino a quien le sucede.
Pero tener buenos personajes es
solo el principio, los buenos personajes suelen ser muy visibles para el autor
pero invisibles para el público. Por mas
bello que se mueva y exprese sus deseos nuestro personaje, no despertará
ninguna empatía en el público hasta que actúe y reaccione ante alguna circunstancia. Entonces el público sentirá
esta reacción en si mismo: esto es empatía.
Para conocer a un personaje,
incluso para que nosotros como autores lo conozcamos tendremos que enfrentarlo
a situaciones adversas para revelarlo y experimentar su reacción. Y con esto tenemos una nueva máxima: Personaje
es Reacción.
Con mucha frecuencia no
terminaremos de conocer al personaje hasta haberlo enfrentado a las últimas
consecuencias de su conflicto. Y seguramente el público no dejará de
interesarse en él hasta haberlo conocido totalmente.
(Pssst, Pssst: No debemos permitir que esto pase, hasta el final.)
El enfrentamiento de los
deseos, fortalezas o necesidades de nuestros personajes enfrentados a estas
situaciones adversas se llama conflicto.
El movimiento resultante de
este enfrentamiento se llama drama.
El conflicto dramático es el
material del que se construye toda la narrativa.
El conflicto es el eje de toda
narrativa.
Ejercicio. Sin decir ni una
sola mentira, construye tres personajes descritos únicamente con cinco
rasgos de carácter (al menos una dimensión), que sean totalmente distintos entre
si, pero que todos estén basados en ti.
TEMA 5: “CONFLICTO”
Cuando pensamos en conflicto nos
imaginamos inmediatamente a Luke Skywalker enfrentándose al temible Darth
Vader.
La imagen es correcta. Conflicto significa literalmente el
enfrentamiento de dos fuerzas o intereses opuestos. Pero el conflicto no
siempre se presenta de forma tan gráfica, porque entonces se vuelve predecible
y deja de ser interesante.
Los temas y valores que se
debaten en el conflicto deben interesarnos lo suficiente para que el drama
importe. De nada importa si va a ganar
el bueno o el malo, lo importante es qué valores, ideales y deseos defiende el
bueno y qué valores, ideales e intereses defiende el malo. ¿Quién tiene la
razón? ¿quién tiene la fuerza? Si logramos que la balanza se mueva durante el
desarrollo de la obra, si logramos sembrar la duda en el espectador, si despertamos esa incertidumbre, si provocamos ese misterio que necesita resolverse, entonces estamos haciendo drama.
Al contrario de lo que se piensa
coloquialmente, drama no significa llanto, dolor o violencia, drama es una
palabra de origen griego que significa acción, movimiento.
El movimiento es energía y se
produce solo cuando ocurre ese choque de valores y se desata una lluvia de
dudas, una tormenta de incertidumbre.
Robert Mckee el guru de los
guionistas en Hollywood afirma que los seres humanos nos movemos con la ley del
mínimo esfuerzo. Nadie realiza un
esfuerzo mas allá del mínimo necesario, y si lo hace está completamente loco.
Nadie llega a la farmacia y toma al farmacéutico de la solapa para exigirle que
le venda una medicina, a menos de que alguien que ames esté muriendo y necesite
un antibiótico y al no tener una receta médica, encuentras que esa es la forma
mas económica de conseguir lo que deseas en el menor tiempo. Aquí hay un
conflicto, aquí hay un drama. Si éste
fuera el personaje de una película entonces se le pondría prueba tras prueba
para saber hasta donde es capaz de llegar para conseguir su objetivo, y de paso
conoceremos su fortaleza y conoceremos el amor que siente por la persona que
desea salvar. Sabremos por su reacción ante la adversidad si es un criminal, si
es un ser compasivo, inteligente, sádico, simpático, como se desenvuelve en el
mundo y cuales son sus valores verdaderos. Al final de la película en nada se parecerá
al ser tranquilo y ecuánime que conocimos al principio de la película, se habrá
revelado su naturaleza verdadera, tal vez descubramos que es un psicópata, tal
vez descubramos que es un héroe, tal vez él mismo lo descubra. Tal vez descubra
cuanto amaba a la persona que logró salvar o tal vez fracase en su misión y
deje su trabajo en la bolsa de valores para convertirse en paramédico. No lo
sabemos hasta no haberlo enfrentado el conflicto. Recordemos nuestra máxima: Personaje es reacción. Este es el cambio que explicamos en el capítulo de
narrativa.
El conflicto es la interrogante
que articula la hipótesis subjetiva, la que la pone en movimiento, la que la
pone a prueba.
Pero para desatar esa tormenta de
incertidumbre, necesitamos dos nubes muy cargadas de energías opuestas. No
forzosamente bueno y malo, pero si positivo y negativo:
– Una
fuerza positiva = protagónica.
– Y
una fuerza negativa = antagónica.
Generalmente la fuerza positiva o
protagónica esta representada por un protagonista. No tiene que ser así, puede suceder que la
fuerza protagónica sea un ideal de justicia y que esté representada por toda
una clase obrera o proletaria como ocurre en el realismo socialista. Sin
embargo generalmente el protagonismo se enfoca a una o un pequeño grupo de
personas, porque es mucho mas poderoso y natural que el fenómeno de la empatía
se active de esta forma. Es decir, un lector o espectador identificado con un
personaje. El protagonista debe
ser empático (no forzosamente simpático, recuerden) porque sus deseos y/ó
necesidades deben ser congruentes y comprensibles para un espectador, público,
lector o receptor.
El protagónico encarna de manera
positiva una serie de valores subjetivos representados en sus deseos o
necesidades.
La fuerza antagónica se opone a
la realización de estos deseos o la reparación de esta falta, de esta
necesidad.
Como la fuerza antagónica no es
necesariamente empática (puede llegar a serlo), existe mas libertad en la forma
de representarla. Bien puede ser una persona, no necesariamente enemiga, puede
ser la persona amada quien se opone a los deseos protagónicos, pero también
puede ser un animal, un tiburón, una fuerza de la naturaleza, un huracán, una
montaña, puede ser una fuerza abstracta como la suerte, puede ser cualquier cosa.
La única condición es que el antagonista sea de igual o mayor fortaleza que el
protagonista de modo que ofrezca una pelea interesante. Yo siempre he pensado
que la magia de Batman radica en el encanto devastador de sus enemigos ¿a quien
le interesa Lex Luthor o el duende verde cuando se puede luchar contra el
Joker, Hiedra Venenosa, Gatúbela o el Pingüino?
El encanto del conflicto radica
en ser capaz de levantar una duda verdadera en el espectador, y para eso debe
de hacernos dudar a nosotros, debe de tratarse de un conflicto que nos preocupe
genuinamente.
Ahora pasemos al siguiente nivel:
Cuando tenemos un conflicto que
nos parece interesante debemos de intuir
y visualizar a dónde puede conducirnos ese conflicto, tal como hicimos hace
un momento con el tipo de la farmacia. No importa que no sepamos el final de la
historia lo importante es saber que implicaciones puede tener el desarrollo de
ese conflicto.
Podemos imaginar los distintos
desenlaces como hicimos en el ejemplo. Si tiene muchos posibles desenlaces, es
probable que sea interesante. Pero lo mas importante es intuir las implicaciones
que puede tener ese conflicto.
¿Qué otros conflictos puede
desatar?
Y mas profundamente:
¿En que niveles se puede
desarrollar ese conflicto?
Las implicaciones
subjetivas y humanas de un conflicto es lo que verdaderamente determina la
calidad de una historia. No la gravedad del conflicto (aunque la guerra contra
el narco pueda sonarnos de una urgencia extrema) sino a cuántos niveles puede tocarnos esa
interrogante. Eso es lo que vuelve al Quijote
de la Mancha mas trascendente que “El
lado oscuro del PRI” que encontramos sobre la mesa del Sanborns entrando a
mano derecha.
Ejercicio: Video de Salomón. Foro
sobre la localización del conflicto.
TEMA 6: “NIVELES DE CONFLICTO”
Y bueno ¿qué es entonces el
conflicto?
El conflicto es una disyuntiva,
una interrogante, una incertidumbre… finalmente es una preocupación humana a la
espera de una solución, una respuesta.
Cuando existe una duda, aunque
se trate de simple curiosidad, no hay reposo. Necesitamos movernos para obtener
respuestas. Recuerden que la definición de la palabra drama es movimiento,
acción. El conflicto funciona como motor
de la narrativa porque avanza en busca de una respuesta, la encuentre o no al
final de un relato.
Cuando tenemos un deseo
caminamos hacia él.
Cuando nos sentimos ofendidos
buscamos justicia.
Cuando nos sentimos desilusionados
buscamos una esperanza.
Cuando sentimos esperanza
buscamos confirmación.
Cuando sentimos curiosidad buscamos
conocimiento.
Cuando nuestro mundo se ha roto
buscamos un nuevo sentido. Desesperadamente. Como una cuestión de vida o
muerte, porque eso es precisamente lo que es.
Cuando tenemos calma, cuando no
hay conflicto, la mente se manifiesta con certezas, las dudas se detienen, el
drama se detiene, aunque sea solo por un momento. Toda narrativa honesta busca
esta calma momentánea, esta alquimia de convertir la incertidumbre en
respuestas y el caos en armonía.
La narrativa profunda nace de
preocupaciones verdaderas. Es una verdadera búsqueda de las grandes
interrogantes que afectan y resuenan en múltiples niveles de nuestra vida.
Existen tres niveles donde
podemos localizar el conflicto humano:
1.- CONFLICTOS INTERNOS.- Con
uno mismo, con nuestra mente, nuestras emociones y nuestro cuerpo.
2.- CONFLICTOS PERSONALES.- Son
nuestras relaciones afectivas con personas cercanas, nuestra familia, nuestra
parejas, nuestros amantes, nuestros hijos, etc.
3.-CONFLICTOS EXTRAPERSONAES.-Relacionados
con el mundo externo, incluyendo las personas en sociedad, la realidad
socioeconómica, las instituciones, las guerras, la naturaleza, la montaña, el
mar, el reino animal, el universo, etc.
No importa el medio que se
utilice, literario, teatral, cinematográfico, experimental o audiovisual, una
buena obra es aquella que tiene implicaciones en múltiples niveles de
conflicto, que nos toca desde muchos lugares simultáneamente.
Ahora ¿cómo podemos crear a
partir de nuestras preocupaciones verdaderas según el modelo que hemos revisado
en éste modulo?
El estupendo autor y maestro
Robert McKee lo explica de esta manera:
“La única fuente fiable de verdad emocional somos nosotros
mismos. Si permanecemos fuera de nuestros personajes inevitablemente escribimos
clichés emocionales. Para crear reacciones humanas reveladoras no debemos solo
introducirnos en nuestros personajes, sino también en nosotros mismos”
¿Pero como se hace eso? ¿cómo
podemos dotar lo imaginario de emociones verdaderas?
Según McKee el secreto está en
colocarse en el interior subjetivo del personaje.
No preguntarse ¿Qué haría este
personaje en esta situación, frente a determinado conflicto? Tampoco es ¿qué haría yo en esa situación? La
postura correcta es ¿qué haría yo si fuera ese personaje frente a esa situación?
¿cómo reaccionaría?
Entonces toda la situación
ficticia o hipotética que hemos creado cobrará vida a partir de nuestras
propias emociones, y esas emociones serán recibidas por el público o espectador
como una vivencia, a través de la empatía, porque son en efecto una vivencia.
Recordemos lo que para mi es la
enseñanza mas importante del ejercicio que realizamos durante el propedéutico
al narrar nuestra historia personal: lo que es importante para nosotros, lo es
importante también para los demás.
Y Robert McKee lo confirma: “Cuando una escena tiene significado
emocional para nosotros, podemos confiar en que tendrá significado para el
público.”
No es posible mentir en la
ficción. Porque lo que buscamos en ella es una verdad, una verdad subjetiva que
de respuesta a nuestra constante incertidumbre.
Lo que esperamos de un narrador
es que brinde sentido y significado a nuestra vida, nuestras preocupaciones y
nuestros conflictos, cualquiera que sea ese sentido, oscuro o luminoso, lo
creeremos al menos por un momento si sentimos que hay una intención verdadera. Si lo que nos ofrece es una construcción
azarosa y sin rumbo que no está respaldada por una convicción auténtica, por un
sentido otorgado y dirigido, entonces lo abandonaremos emocionalmente y lo
percibiremos como un mensaje externo, no como una vivencia.
Permítanme poner el final de este capítulo en boca de Susan
Sontag, una famosa artista y pensadora :
“En otras palabras, la novela no es solo la creación de una
voz sino de un mundo. Imita las estructuras esenciales por las cuales sentimos
que vivimos en el tiempo y habitamos un mundo e intentamos dar sentido a
nuestras vivencias. Pero consigue lo que las vidas (las vidas vividas) no
pueden ofrecer, salvo después de que hayan concluido. Le confiere –y sustrae–
el significado o sentido a una vida. Ello es posible porque la narración es
posible, porque hay normas narrativas tan privativas al pensamiento y al
sentimiento y la experiencia como, en la elucidación kantiana, las categorías
mentales del espacio y el tiempo.”
“CONCLUSION”
Terminemos con una buena noticia: Todo se puede decir. Todo
se puede expresar. No existe preocupación, miedo, esperanza, sueño, que por
bizarro, personal o abstracto no compartas con miles de seres similares en este
planeta.
La obra que
realizaremos durante este diplomado será de naturaleza libre y serás tú mismo
quien elijas el medio audiovisual para expresarte.
Este puñado de términos y conceptos que hemos revisado, no
forman – por supuesto – un panorama completo de la narrativa. No alcanzarían
las paginas de una enciclopedia para poder hacerlo. Pero he realizado un
esfuerzo por explicar sus dinámicas básicas como un fenómeno interno – creativo
y receptivo – dejado de lado toda clasificación académica, para que, cualquiera
que sea la naturaleza de los trabajos que realicemos en adelante puedan
apoyarse en algunos conocimientos profundos, sin que éstos se sientan como una
imposición externa. No lo son. Mi conceptualización corresponde a un paradigma
personal que durante muchos años he llamado “La Onírica”, y como toda generalización
es parcial y subjetiva. Entiendo que a
pesar de mis esfuerzos por ser incluyente, mis generalizaciones respecto a la
narrativa no esclarezcan (al menos de
forma integral) trabajos de exploración puramente estética, puramente conceptual,
o subgéneros como el documental científico o el ensayo argumentativo. Pero la intención
de fondo, es que cualquiera que sea el lenguaje que utilicemos en adelante no
pase por alto los fenómenos profundos de la transubjetividad,
la transferencia directa de vivencias subjetivas, como forma casi inexplicable,
casi mágica, de comunicación humana, que espero al menos haber alcanzado a
rozar.
Alejandro
Valle
TRABAJO FINAL:
Análisis de la película “Tiburón” que contenga los conceptos:
protagonista, antagonista, rasgos de carácter
de los personajes principales, empatía y
por ultimo desarrolle en que niveles resuena o tiene implicaciones el conflicto
principal de la película.
REFERENCIAS:
“El guión” de Robert McKee
“El héroe de las mil caras” de Joseph Campbell
“El viaje del escritor” de Christopher Vogler
“La poética del
espacio” de Gastón Bachelard
“El novelista y el razonamiento moral” de Susan Sontag
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